La alimentación KM0, también conocida como de proximidad, representa un modelo de consumo más consciente y sostenible. Se basa en la compra de alimentos producidos localmente, lo que significa que han recorrido una mínima distancia desde su origen hasta el consumidor. Esta práctica no solo promueve una relación más directa entre los productores y los consumidores, sino que también tiene múltiples beneficios para el medio ambiente, la economía y la salud.
Uno de los principales beneficios de los productos KM0 es la reducción de la huella de carbono. Al disminuir el transporte y la necesidad de largos trayectos, se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, contribuyendo así a la lucha contra el cambio climático. Además, los alimentos locales no requieren procesos intensivos de conservación ni embalajes excesivos, lo que también disminuye el impacto ambiental.
Desde el punto de vista de la salud,los productos de KM0 suelen ser más frescos y nutritivos, ya que son recolectados en su punto óptimo de maduración y llegan más rápido a nuestras mesas. Esto contrasta con los alimentos que recorren grandes distancias, que a menudo son cosechados antes de tiempo y pasan por largos procesos de almacenamiento.
En términos económicos, el consumo de productos de proximidad fortalece a los agricultores y productores locales, ayudando a mantener viva la agricultura y las pequeñas explotaciones familiares. Esto no solo beneficia a las economías rurales, sino que también impulsa la biodiversidad y promueve prácticas agrícolas más sostenibles, en sintonía con el entorno.
Finalmente, la alimentación KM0 permite mantener vivas las tradiciones culinarias locales, preservando los sabores y saberes de cada región. Es una manera de reconectar con lo natural y lo auténtico, promoviendo un modelo de alimentación más equilibrado y en armonía con el entorno.
Apostar por el KM0 es, en definitiva, una manera de cuidar de nuestra salud, apoyar a las comunidades locales y proteger el planeta para las generaciones futuras.
